El acné es una condición que llega a afectar al 85% de los jóvenes debido a los cambios hormonales por los que atraviesan durante la pubertad. Sin embargo, dicha condición no se reduce únicamente a esta variable, pues estudios han demostrado que pasar por altos niveles de estrés y ansiedad también influyen en la aparición de estos molestos granos en la cara y el torso. Es por ello que cuando se enfrentan a situaciones tensas, como la temida temporada de exámenes, la piel les empieza a jugar una mala pasada. Pero ¿A qué se debe esta relación entre acné y estrés?
La piel es el espejo de nuestra mente
La piel tiende a reflejar nuestro estado de ánimo mental y emocional. Muchas emociones se manifiestan a través de la piel: palidecemos cuando nos asustamos, nos ruborizamos cuando nos avergonzamos o sudamos cuando estamos nerviosos. Esto se debe a que la piel es un órgano receptor de sensaciones a través de los estímulos externos del medio ambiente directamente conectados al sistema nervioso central.
La conexión entre cerebro y piel a través del circuito Neuroinmunoendocrino es fundamental para entender el origen de diversas enfermedades cutáneas de tipo alérgico e inflamatorio, desencadenadas o agravadas por el estrés, y claro está, el acné no es una excepción. Esto se debe a que dichas enfermedades se producen debido a una inflamación neurogénica, la cual es inducida por neuromediadores específicos.
Los neuromediadores son proteínas de membranas celulares que regulan la acción de una sustancia sobre un receptor dentro de las células cutáneas. Los receptores se encargan de vincular la información recogida con los neurotransmisores. Estos últimos son moléculas que se sintetizan de forma natural en las terminaciones nerviosas. Son los mediadores en la transmisión de la información entre el sistema nervioso y la piel.
Las células cutáneas y las del sistema inmune expresan receptores específicos de los neurotransmisores. Los enlaces entre neurotransmisores y su correspondientes neuroreceptores modulan actividades celulares y sus funciones en la piel: función inmune, proliferación y diferenciación celular, pigmentación, etc.
La influencia del estrés
Cuando el neuromediador que regula al receptor de un neurotransmisor se ve alterado, los problemas (y los granos) empiezan a emerger. En este sentido, la reciprocidad de las interacciones entre el sistema inmunitario y el sistema nervioso central constituye un elemento regulador cuyo funcionamiento alterado puede generar la aparición de acné. Pero ¿Qué es lo que genera esta alteración? Lo cierto es que existen diversos causantes, pero hoy nos centraremos en el protagonista de este análisis: el estrés. En principio debemos de saber que estas interacciones se dan a través de la combinación de citoquinas-glucocorticoides, los cuales afectan el metabolismo y tienen efectos antiinflamatorios e inmunosupresores.
Cuando nos estresamos, en nuestro cuerpo se activan un conjunto de reacciones que implican respuestas conductuales y fisiológicas (neuronales, metabólicas y neuroendocrinas) que permiten al organismo responder al estrés de la manera más adaptada posible. En este sentido, se da un incremento de los glucocorticoides inducido por el estrés, que tienen una función fisiológica protectora, no contra el curso de la respuesta de estrés, sino como resguardo, evitando que se generen reacciones de defensa exageradas. Es precisamente este aumento de glucocorticoides el cual representa una alteración sobre la interacción del sistema inmunitario y el sistema nervioso central que, finalmente, termina generando esos molestos granos durante periodos de tensión.
Ahora bien, es importante saber que no todos los cuerpos reaccionan igual a estos desbalances químicos entre neuromediadores, receptores y neurotransmisores. Las personas con predisposición genética a sufrir de acné serán más propensas a desarrollarlo cuando se enfrenten a situaciones estresantes. Sin embargo, a veces nos es difícil reconocer este tipo de situaciones debido a que estamos inmersos en ellas. Es por ello que, si sufres de esta patología, no dudes en complementar tu visita al dermatólogo con una visita al especialista en el manejo del estrés. En INA estamos dispuestos a ayudarte. No dudes en separar una cita con nosotros, de esta forma podrás adquirir un tratamiento que abarque el problema de raíz.
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