La inteligencia artificial (IA) está transformando numerosos aspectos de nuestra vida diaria, y la salud mental no es una excepción. En un momento en que la demanda de servicios de salud mental está en auge y la escasez de profesionales se hace sentir, los expertos están evaluando cómo la IA podría desempeñar un papel crucial, especialmente en situaciones donde el acceso a terapeutas humanos es limitado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos de depresión y ansiedad se han disparado en más del 25% a nivel global desde 2020, impulsados en gran parte por la pandemia del COVID-19. Ante este panorama, la inteligencia artificial ha emergido como una herramienta potencialmente salvadora para cubrir las brechas en la atención mental.
Aplicaciones y chatbots basados en IA, como Woebot y Wysa, han sido desarrollados para brindar apoyo emocional utilizando técnicas de terapia cognitivo-conductual, las cuales han demostrado ser efectivas en el tratamiento de una amplia variedad de trastornos mentales. La principal ventaja de estos chatbots es su capacidad para ofrecer respuestas inmediatas en momentos de crisis, algo especialmente valioso para quienes buscan apoyo durante episodios de soledad, ansiedad o depresión.
A diferencia de los terapeutas humanos, estos bots están disponibles las 24 horas del día, todos los días de la semana. Aunque no pretenden ni deben reemplazar a los profesionales humanos, cuya intervención sigue siendo insustituible para aquellos que requieren un apoyo más profundo y personalizado, estos sistemas complementan los servicios existentes, especialmente para personas que no tienen acceso inmediato a atención profesional.
De hecho, estudios recientes sugieren que algunas personas se sienten más cómodas interactuando con un bot que con un terapeuta humano, lo que indica que la IA podría ser una alternativa válida para ciertos pacientes. Sin embargo, el éxito de estos sistemas depende en gran medida de una regulación y supervisión constantes para asegurar su efectividad y seguridad.
Los expertos advierten que, al estar basados en modelos generativos, estos bots pueden, en ocasiones, ofrecer información incorrecta o incluso perjudicial si no se supervisan adecuadamente. Por esta razón, la OMS ha enfatizado la necesidad de una "supervisión rigurosa" para garantizar que estas tecnologías sean tanto seguras como efectivas, evitando riesgos para las personas más vulnerables y maximizando los beneficios en este campo crucial.
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