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La estimulación cerebral profunda abre una nueva esperanza contra la depresión resistente

  • Foto del escritor: INA
    INA
  • hace 4 dĆ­as
  • 3 Min. de lectura
La estimulación cerebral profunda abre una nueva esperanza contra la depresión resistente

Hay personas que han probado de todo: medicación, terapias, cambios de rutina, ejercicio, hĆ”bitos… y aun asĆ­ la tristeza no se mueve. No es flojera, no es falta de voluntad, ni es ā€œpensar en negativoā€. Para quienes viven una depresiónĀ resistente, cada dĆ­a puede sentirse como empujar una puerta que nunca termina de abrirse. Pero un nuevo estudio acaba de encender una luz donde parecĆ­a no haber mĆ”s caminos, y no se trata de una metĆ”fora, es literalmente una seƱal elĆ©ctrica dentro del cerebro.


Investigadores de la Universidad de Cambridge y colaboradores en China estudiaron un tratamiento llamado estimulación cerebral profunda (ECP), una técnica que utiliza pequeños electrodos implantados en zonas específicas del cerebro. Algo parecido a un marcapasos, pero para las emociones. Los resultados sorprendieron incluso a los especialistas. La mitad de las personas tratadas mejoraron de manera significativa, mientras que un tercio alcanzó algo que, para muchos, parecía imposible, la remisión de casi el total de los síntomas.


El estudio miró con lupa una región del cerebroĀ llamada nĆŗcleo del lecho de la estrĆ­a terminal (BNST), profundamente ligada al estrĆ©s, la ansiedadĀ y las respuestas de alarma prolongada. AhĆ­ encontraron algo fascinante, una frecuencia cerebral llamada theta, una especie de ā€œritmo lentoā€ del cerebro, que tenĆ­a mucho que ver con quiĆ©n respondĆ­a mejor o no al tratamiento. Las personas que antes de la cirugĆ­a tenĆ­an niveles mĆ”s bajos de actividad theta fueron las que mejoraron mĆ”s despuĆ©s de recibir la estimulación. AdemĆ”s, cuando la ECP empezó a hacer efecto, esa actividad theta bajaba aĆŗn mĆ”s… al mismo tiempo que los sĆ­ntomas tambiĆ©n disminuĆ­an. Es como si el cerebroĀ estuviera diciendo: ā€œEstoy entrando en otro estado mĆ”s claro, uno con menos miedo.ā€


Otro hallazgo llamó la atención del equipo: Las personas cuyo BNST estaba mĆ”s sincronizado con la corteza prefrontal, la región que nos ayuda a regular emocionesĀ y tomar decisiones, tambiĆ©n eran quienes tenĆ­an mĆ”s posibilidades de mejorar. Como si ambas zonas, al comunicarse mejor, pudieran salir del estado de bloqueo que caracteriza a la depresiónĀ resistente al tratamiento. No estamos hablando de ā€œirritarse y mejorarā€. Estamos hablando de sincronĆ­a neuronal, de redes que comienzan a conversar de nuevo despuĆ©s de aƱos de silencio.


Durante el estudio, los investigadores mostraron a los participantes imÔgenes agradables, neutras y negativas. Las personas que reaccionaban con mayor intensidad ante las imÔgenes negativas, es decir, las mÔs sensibles al dolor emocional, fueron también quienes menos se beneficiaron de la estimulación. La depresión, entonces, no solo vive en la química del cerebro, también vive en cómo interpretamos el mundo, cómo recordamos, cómo anticipamos. El estudio, publicado por la Universidad de Cambridge y difundido por Nature Communications y Neuroscience News, no solo examinó estructuras, también examinó humanidad.


Los investigadores creen que este biomarcador, la actividad theta en el BNST, podría abrir la puerta a algo que antes parecía ciencia ficción: marcapasos emocionales que ajusten su estimulación según lo que el cerebro siente en ese momento. Si la actividad theta sube, el dispositivo aumenta la estimulación. Si baja, la reduce. Un tratamiento que se adapta al instante, como un acompañante silencioso que monitorea el malestar desde adentro. No estamos ahí todavía, pero este estudio muestra que ese futuro ya empezó a tomar forma.


La depresiónĀ resistente al tratamientoĀ es una de las condiciones mĆ”s difĆ­ciles en salud mental. No solo por los sĆ­ntomas, sino por el agotamiento emocional de ā€œprobar y fallarā€, una y otra vez. Por eso, este hallazgo importa tanto, ya que no solo encontró mejoras, si no tambiĆ©n patrones, predictoresy seƱales que podrĆ­an decir: ā€œAquĆ­ hay un camino para ti.ā€ Es un recordatorio de que el cerebroĀ es complejo, sĆ­, pero tambiĆ©n plĆ”stico. Y que incluso en los cuadros mĆ”s graves, aĆŗn existen puertas que pueden abrirse.


Fuente del estudio: Investigación liderada por la Universidad de Cambridge (2025), publicada en Nature Communications y difundida por Neuroscience News.



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