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Realidad virtual y TDAH: una nueva ventana al cerebro infantil

  • Foto del escritor: INA
    INA
  • 24 abr
  • 3 Min. de lectura
Realidad virtual y TDAH: una nueva ventana al cerebro infantil

Imagínate que un videojuego pudiera ayudarnos a entender cómo funciona el cerebro de un niño con TDAH. Esto es exactamente lo que logró un equipo de investigadores europeos al utilizar un entorno de realidad virtual combinado con resonancia magnética funcional (fMRI) para estudiar a niños con diagnóstico clínico de TDAH.

Hasta ahora, los estudios sobre esta condición se habían centrado principalmente en analizar el cerebro en reposo. Pero esta nueva metodología reveló algo sorprendente: las diferencias cerebrales propias del TDAH solo se hicieron evidentes mientras los niños estaban en plena acción, inmersos en una experiencia interactiva similar a la vida real.

Cuando el juego revela lo invisible

Durante el estudio, los niños jugaron un videojuego llamado Epeli mientras eran escaneados mediante fMRI. Este juego simulaba actividades cotidianas dentro de un mundo virtual lleno de estímulos: desde tomar una ducha hasta encontrar un refresco en la nevera o tocar instrumentos musicales. Al contrastar esta sesión con otras más pasivas (como mirar un video o simplemente descansar), los investigadores descubrieron que las diferencias entre cerebros con y sin TDAH solo emergían durante la interacción activa.

“Durante el juego de realidad virtual, hubo claras diferencias en la activación de la red cerebral, especialmente entre las estructuras profundas del cerebro y las zonas corticales”, explicó Juha Salmitaival, profesor visitante en la Universidad Aalto.

Este hallazgo es clave: sugiere que el TDAH no es solo una cuestión de hiperactividad, sino también de cómo el cerebro procesa y responde a su entorno en tiempo real. Esto podría explicar por qué muchos niños con TDAH se sienten abrumados o desconectados en contextos que requieren atención sostenida.

Hacia diagnósticos y tratamientos más precisos

Este estudio, realizado por universidades como Aalto, Helsinki, Oulu y el Centro de Investigación en Neurociencias de Lyon, no solo aporta información novedosa sobre el TDAH, sino que podría transformar la forma en que lo diagnosticamos y tratamos.

Según Salmi, estos resultados apuntan a la necesidad de incorporar herramientas más dinámicas, como juegos interactivos y pruebas en entornos virtuales, en el diagnóstico clínico. Esto permitiría observar cómo se manifiestan los síntomas en situaciones más parecidas a la vida real, y no solo en contextos artificiales y controlados.

La vida digital también moldea el cerebro

Otro hallazgo relevante es que el cerebro se adapta constantemente al entorno. En palabras de Salmi: “Si el entorno es de ritmo rápido, como TikTok o Snapchat, el cerebro se entrena para saltar rápidamente de un estímulo a otro”. Aunque esto puede ser últil en algunos contextos, también puede dificultar la concentración sostenida.

En el futuro, los investigadores planean usar sensores de movimiento y trajes inteligentes para estudiar la actividad cerebral en condiciones todavía más naturales. Incluso podría explorarse el uso de gafas de realidad aumentada para evaluar síntomas desde casa.

Un nuevo horizonte para comprender el TDAH

Aunque la tecnología utilizada aún no está disponible para el diagnóstico clínico masivo, este estudio marca un antes y un después en la forma en que entendemos el TDAH. Muestra que, al observar al cerebro en acción y no solo en reposo, podemos acceder a información mucho más rica y útil para personalizar los tratamientos.

La combinación de neurociencia, tecnología y juegos podría ser la clave para acompañar mejor a quienes viven con TDAH. Porque al final, entender cómo reacciona el cerebro en contextos reales es esencial para ofrecer respuestas más humanas, efectivas y empáticas.

Fuente principal: British Journal of Sports Medicine, estudio liderado por la Universidad del Sur de Australia

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