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¿Cómo afecta la depresión materna al vínculo con los hijos?

  • Foto del escritor: INA
    INA
  • 29 ago
  • 2 Min. de lectura
¿Cómo afecta la depresión materna al vínculo con los hijos?

Durante los primeros meses de vida, un bebé no solo necesita alimento y cuidado físico. Necesita conexión. Contacto visual. Sonrisas. Respuestas a su llanto. Todo esto le dice: “Estoy aquí contigo”.

Pero ¿qué pasa cuando una madre no puede dar eso, no porque no quiera, sino porque la tristeza se le metió hasta los huesos?

Una revisión científica publicada en Harvard Review of Psychiatry analizó casi una década de estudios y llegó a una conclusión contundente: la depresión materna impacta directamente en la calidad de la crianza y en el vínculo entre madre e hijo.

Según el estudio liderado por el Dr. Tiago Munhoz y su equipo en Brasil, el 97 % de las investigaciones revisadas encontraron que las madres con síntomas depresivos interactuaban menos con sus hijos: sonreían menos, tocaban menos, hablaban menos. Y muchas veces, sin darse cuenta, mostraban más hostilidad o aplicaban castigos inconsistentes.

Esto no significa que esas madres no amen a sus hijos. Significa que su salud mental está interfiriendo en su capacidad de expresar ese amor.

Desde el punto de vista cotidiano, puede verse en cosas pequeñas: una madre que, al sentirse desbordada, no logra responder al llanto de su bebé; que se siente culpable por no disfrutar la maternidad como le dijeron que debía hacerlo; que se aísla; que se exige demasiado.

Lo más alarmante es que esta dinámica puede afectar el desarrollo emocional del niño. Si el bebé no encuentra esa figura que lo calma, aprende a desconectarse también. Y esto, con el tiempo, puede influir en su autoestima, su forma de relacionarse y su seguridad emocional.

Pero hay esperanza. El estudio también señala que intervenciones como la terapia cognitivo-conductual y la meditación, pueden mejorar no solo el estado emocional de la madre, sino también fortalecer el vínculo con el niño. Ayudan a recuperar la presencia, la conexión y la capacidad de responder con afecto.

Es importante decirlo con claridad: pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía. Porque cuidar de tu salud mental también es una forma de cuidar a tu hijo.


Fuente del estudio: Munhoz, T. N. et al. (2025). Harvard Review of Psychiatry. Revisión global sobre prácticas de crianza y depresión materna. Wolters Kluwer Health.


2 comentarios



sherya roy
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