top of page

El abuso infantil y su impacto en la salud: el papel clave de los adultos protectores

  • Foto del escritor: INA
    INA
  • 30 abr
  • 2 Min. de lectura
El abuso infantil y su impacto en la salud: el papel clave de los adultos protectores

Cuando hablamos de salud física o mental, solemos pensar en la alimentación, el ejercicio, el estrés o incluso la genética. Pero hay algo que pesa tanto como cualquiera de estos factores, y muchas veces pasa desapercibido: la infancia.

Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto, publicado en Child Maltreatment, revela que los adultos que sufrieron abuso físico y/o sexual en la infancia tienen el doble de probabilidades de desarrollar enfermedades físicas y mentales crónicas, como depresión, artritis, asma o enfermedades cardíacas.

El estudio analizó datos de más de 83.000 personas adultas, provenientes del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Conductuales de 2021 y 2022. Al comparar a quienes habían sido víctimas de abuso con quienes no lo habían sido, los resultados fueron contundentes: incluso un solo tipo de abuso infantil ya aumentaba considerablemente el riesgo de sufrir consecuencias adversas en la edad adulta.

Lo más relevante es que la presencia de un adulto protector en el hogar durante la infancia redujo significativamente estos riesgos. No solo entre quienes habían sido maltratados, sino también entre los que no lo fueron. La ausencia de adultos que brinden seguridad y apoyo emocional también se asoció con mayores tasas de depresión y problemas físicos a largo plazo.

Por ejemplo, quienes fueron abusados físicamente, pero no sexualmente tenían entre un 20% y un 50% más de probabilidades de presentar problemas de salud. En cambio, aquellos que fueron abusados sexualmente, pero no físicamente, enfrentaban entre un 55% y un 90% más de riesgo. Sin embargo, cuando un adulto protector estaba presente, los efectos negativos eran notablemente menores.

La investigadora principal, Shannon Halls, explica: “La gente no suele pensar en el impacto que las adversidades tempranas pueden tener en la salud a largo plazo. Nuestra investigación destaca cuán perjudiciales pueden ser estas experiencias y cuán crucial es contar con adultos que ofrezcan protección y estabilidad”.

Este hallazgo es un llamado de atención no solo para prevenir el abuso infantil, sino también para fomentar entornos familiares seguros, donde los niños se sientan escuchados, protegidos y valorados. Esme Fuller-Thomson, coautora del estudio, señala que la falta de vínculos seguros puede ser tan perjudicial como el abuso en sí: “La ausencia de relaciones estables puede afectar profundamente el bienestar físico y emocional de una persona”.

La investigación concluye que entender estos factores de protección puede servir como base para diseñar programas de prevención e intervención más efectivos. Además, destacan la necesidad de futuras investigaciones que ayuden a comprender por qué algunos adultos no protegen a los niños y cómo intervenir desde la raíz para cambiar estas dinámicas.

Acompañar a la infancia con amor, seguridad y estabilidad no solo fortalece el presente de los niños, también es una inversión en su salud futura. Un adulto protector puede marcar la diferencia entre una vida llena de cicatrices invisibles o una con oportunidades de bienestar.

Fuente principal: Universidad de Toronto, Child Maltreatment, “El rol de los adultos protectores en la mitigación de los resultados de salud relacionados con el abuso físico y sexual infantil”.

Comments


bottom of page