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Podemos sentir antes de tocar: un hallazgo que cambia lo que sabemos sobre el tacto

  • Foto del escritor: INA
    INA
  • hace 2 horas
  • 2 Min. de lectura
Podemos sentir antes de tocar: un hallazgo que cambia lo que sabemos sobre el tacto

¿Alguna vez has sentido que algo estaba ahí, incluso antes de tocarlo? La ciencia acaba de descubrir que esa intuición no es solo una metáfora. Los seres humanos tienen una forma de “tacto remoto”, una capacidad para percibir objetos antes del contacto físico.

Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres y el University College de

Londres comprobaron que las personas pueden detectar objetos ocultos bajo la arena al percibir pequeñas vibraciones mecánicas con las yemas de los dedos, incluso sin llegar a tocarlos.


Durante los experimentos, los participantes movían los dedos sobre la arena para encontrar cubos enterrados. Sorprendentemente, lograron una precisión cercana al 70 %, superando a un sensor robótico avanzado que solo alcanzó el 40 %.


Un tacto más sensible de lo que imaginábamos


Tradicionalmente, el tacto se ha entendido como un sentido limitado al contacto directo. Pero este estudio demuestra que el cuerpo humano puede captar señales mucho más sutiles.


Al mover los dedos, la presión genera diminutas ondas mecánicas en la arena. Cuando esas ondas rebotan contra un objeto sólido, el cerebro es capaz de interpretarlas como una “presencia” antes de que haya contacto.


Esa sensibilidad se acerca al límite físico de lo detectable, lo que sugiere que nuestras manos son más precisas de lo que la ciencia creía.


Un descubrimiento con raíces en la naturaleza


Este tipo de percepción no es completamente nuevo en el mundo animal. Algunas aves playeras, como los correlimos o los chorlitos, ya eran conocidas por detectar presas ocultas bajo la arena usando una forma de tacto remoto con el pico. Lo sorprendente es que ahora se confirma que los humanos también poseen una versión de esa capacidad, aunque sin estructuras especializadas.


Según la profesora Elisabetta Versace, quien dirigió el estudio, este hallazgo cambia la forma en que entendemos los límites de nuestros sentidos y cómo percibimos el entorno.


Humanos vs. robots: quién percibe mejor


El equipo también comparó la sensibilidad humana con la de un brazo robótico equipado con sensores táctiles y un modelo de memoria a corto plazo. Aunque el robot detectó objetos desde distancias ligeramente mayores, cometió más errores. Los humanos, en cambio, fueron más precisos y consistentes.


Para los investigadores, esta comparación ofrece una lección clave: el cerebro humano combina percepción y aprendizaje de una manera que aún supera a la inteligencia artificial.


Más allá del experimento: posibles aplicaciones


Comprender cómo percibimos objetos sin tocarlos podría transformar muchos campos. Este hallazgo abre posibilidades para el diseño de robots capaces de explorar lugares donde la visión es limitada, como el suelo de Marte, los fondos oceánicos o excavaciones arqueológicas delicadas.


También podría inspirar nuevas herramientas médicas y de asistencia que aprovechen la sensibilidad táctil humana para detectar estructuras internas sin necesidad de visión directa.


Una nueva frontera del tacto


La investigación no solo redefine lo que entendemos por “sentir”, sino que muestra hasta qué punto el cerebro humano puede interpretar el entorno con una precisión sorprendente.


El tacto, lejos de ser un sentido pasivo, es una herramienta activa y compleja que combina física, percepción y memoria.


Fuente científica:

Universidad Queen Mary de Londres (2025). Tocar sin contacto: los humanos pueden detectar objetos antes de hacer contacto físico.

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