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Disciplina positiva en la crianza: Formando hijos responsables y autónomos.


El ser padres y madres supone una gama de emociones diversas que no solo incluyen la alegría, sino también el miedo y la preocupación. La realidad nos muestra que cuidar y guiar a otro ser humano es una gran responsabilidad que se equilibra entre la felicidad del hijo y la necesidad de darle una correcta formación. Muchas veces resulta difícil para cualquier cuidador o cuidadora el saber cómo cumplir este trabajo, lo que puede llevarlos a ese lado emocional más difuso de confusión, culpa y tristeza.


Durante muchos años, la buena crianza se ha relacionado con el estilo autoritario y castrante. Sin embargo, hoy se sabe que este modelo rígido podría terminar formando seres inseguros, dependientes y con múltiples dificultades emocionales.


La disciplina positiva nos muestra un método de crianza diferente, con el cual podríamos formar niños responsables y autónomos. Es decir, niños y niñas que serían capaces de hacerse cargo de sus actos y sus emociones. Además, les permitiría estar en la condición de resolver conflictos cotidianos a través de habilidades que puedan luego utilizar en etapas posteriores de su vida. Es un estilo de disciplina no violenta, amable y enfocada en obtener soluciones y respetar al niño en sus diferentes áreas, ya sea física, psicológica o social.


Por ello, resulta importante conocer los principales aspectos del que las madres y padres puedan servirse para componer un estilo de crianza más adaptativo en beneficio de sus hijos e hijas. Estos serían:


Ser firmes: Si bien se resalta la importancia de la amabilidad y la paciencia, no debe dejarse de lado la necesidad de fi